Alguno recordará una denuncia que se hizo en esta misma cabecera hace ya unos meses. Se trataba entonces de la farsa electoral para los órganos de gobierno de Caja Rural.
Aquella farsa la denunciaba un amigo mío, Miguel. Hoy vuelve a ser Miguel el que denuncia una práctica habitual en el seno cooperativo y además hace la denuncia, una denuncia que en realidad no es tal pues solo expone su punto de vista con el único fin de mejorar la gestión de las cooperativas. Concretamente su denuncia la hace contra la UTECO, una cooperativa de segundo grado.
Presenté entonces lo mismo que presento ahora a Miguel. Miguel es agricultor, hijo y nieto de agricultores. Es presidente de una cooperativa oleícola, también alcalde de su pueblo (ahora ya “alcalde saliente” pues no se presentó a las recientes elecciones)
Miguel tiene una formación envidiable; y no me refiero a su formación académica, que lo es, si no a la formación dada por la vida, la personal y la profesional. Vamos, es lo que se dice, un “hombre bregado”.
Además a Miguel le gusta luchar contra “molinos” y eso lo hace especial. Yo por ejemplo nunca fui capaz de hacer eso y “entierro” mi rabia dando con la azada a los terrones de la tierra; él por el contrario sabe denunciar y denuncia cuando comprueba una decisión sesgada y sobre todo lo hace cuando se ataca a nuestro sector, el de los agricultores, el de los héroes por el cual los demás pueden comer.
En fin, aquí va su carta:
Ayer, día 29 de mayo, tuvo lugar la votación para renovar parcialmente la Junta Rectora de UTECO y Unión de Cooperativas de Toledo, una cooperativa de segundo grado, formada por 172 cooperativas y con una cifra de negocio superior a los 75 millones de euros anuales. Su ámbito de actuación es la Comunidad de Castilla-La Mancha, y su actividad consiste en comercializar diferentes insumos agrarios (principalmente carburantes y fertilizantes) y prestar servicios de asesoramiento integral a las cooperativas asociadas.
Sin restar méritos personales a los candidatos que resultaron elegidos, sorprende que todos ellos (vicepresidente, tesorero y tres vocales) figuraban en una lista, semioficial, que se hizo llegar a muchos de los electores que siguieron fielmente las instrucciones recibidas y votaron mayoritariamente a los miembros de esa lista, y en el orden allí establecido. Yo no sé quien ha elaborado esta lista, ni quien la ha hecho circular, (aunque me lo imagino), pero la lista la he visto y su frecuencia en las papeletas de voto, no dejan lugar a dudas. Muchos pensaran que es lícito hacer campaña y buscar alianzas preelectorales, pero yo creo que el sistema de listas cerradas puede estar bien para los partidos políticos, donde los candidatos pueden ser desconocidos para la mayoría de los electores, pero en una cooperativa, aunque sea de segundo grado, los miembros de la Junta Rectora deberían ser las personas más capacitadas y con experiencia probada en gestión empresarial, gestión presupuestaria, normativa legal, etc. El sistema de listas cerradas no garantiza que sean elegidas las personas más idóneas y con el perfil más adecuado a las características del puesto a cubrir. Si la gestión de una Cooperativa se debe regir por los criterios de transparencia, eficacia y democracia interna, todos los socios deben tener las mismas oportunidades para elegir y ser elegidos en los órganos de dirección de la misma. Si no se hace así, puede ocurrir que personas altamente capacitadas y con la formación adecuada, queden relegadas a los últimos puestos del escrutinio, simplemente porque no gozan del apoyo o de las simpatías del aparato que maneja los hilos.
Si hago estos comentarios es porque no es la primera vez que esto ocurre en Uteco y Unión de Cooperativas de Toledo, así como en otras cooperativas de crédito de nuestra Región. Va siendo hora de que cambiemos nuestras prácticas tradicionales y afrontemos el futuro con valentía, con libertad y con imaginación si queremos ser competitivos en un entorno empresarial cada vez más exigente, más dinámico y más profesionalizado.
Miguel Cervantes Villamuelas
Presidente de la Cooperativa Santa Ana de Villanueva de Bogas